NO SOY YO, ES CRISTO QUIEN VIVE EN MI.

   Queridos hermanos de Jesús Salva mi Familia: Eran como las 6.30 de la tarde mientras iba en el coche deseando que tuviera alas. No me importaba el tráfico o el límite de velocidad, solo quería llegar con mi esposa. La sangre hervía y solo quería una explicación, más me encontraba dispuesto a todo, y ese día, todo era todo. Debí en ese momento hacer caso de las primeras palabras que el Señor media hora antes me dijo “Busca primero mi Reino y su justicia y todo lo demás se dará por añadidura, no hagas nada”. Pero no, yo debía enterarme. ¿Cómo fue capaz? ¿Por qué lo hizo? Cuando llegué por ella, lejos de sorprenderse, mi esposa entró al carro y venía reclamando y gritando que esto era lo último, que traspasé “su santuario”. Y comenzó a describir el monstro en el que me convertí en los últimos años. Y la ira y el deseo de venganza se transformó en: ¿Cómo fui capaz? ¿Por qué lo hice? ¡Lo nuestro acabó desde hace mucho!, ya no quiero intentarlo, y no quiero saber de retiros, padres, psicólogos! A partir de hoy haz lo que quieras y ya no cuentes más conmigo para nada. Nada de lo que le dije en ese momento ni en otras ocasiones ni mis lágrimas hicieron que se moviera un solo centímetro de esa decisión.

  Esa noche, no pude dormir de la angustia y la incertidumbre de que pasaría con mi vida, con mis hijos, con mi esposa, con mi plan que tenía cuando le propuse matrimonio. ¿Cómo pasó, cual fue el error?
Ese 14 de noviembre del 2010, fue lo que dividió mi vida, mi futuro, mi seguridad, mi amor, mi familia. Ese día mi esposa rompió el silencio de años y me dio la espalda y a mí el Señor me llevó al desierto, pero literalmente me llevó en brazos. Comencé torpemente mi camino, como si fuese un potro recién nacido. Esa fue la noche más amarga y oscura de mi vida, y aunque no lo veía, ahí estaba Dios conmigo.

  Al día siguiente, no podía estar en la oficina a la que por milagro llegué. Sin avisar y sin importarme, fui en busca de un sacerdote a plena mañana. Le esperé durante 2 horas a que se desocupara, y al fin me atendió, me escucho, me dejó llorar, y lo último que me dijo fue: “A partir de hoy, todo lo que hagas estará filtrado a través del amor” y entonces recobré la estructura de mi pensamiento y comencé a ver las opciones. Pero no fue nada fácil al principio, ante un mar de posibilidades de que hacer con mi vida, donde el 99 de cien eran todas negativas y no me gustaba hacia donde veía que me llevarían, elegí la primera que ya se me había presentado “Busca primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se dará por añadidura” ¡Dios, mira que al principio no te dejabas encontrar como dice la Escritura!

  Un mes después de comenzar este caminar, en el frío diciembre, Dios me dio la primera respuesta y fue realmente avasalladora. Yo ya iba diario a Misa y oraba como recordaba que debía hacerlo y comenzaba a leer la Biblia a veces, le decía a diario y a todo momento “te la entrego Señor” pero era de dientes para afuera, no hacía otra cosa más que pensar en mi esposa y lo que hacía. También busqué las soluciones del mundo, comencé terapia con una psicóloga, le daba detalles a mi esposa, la invitaba a salir sin éxito, intentaba recuperar el tiempo perdido, y aprendí que ese tiempo no vuelve nunca, pero para gloria de Dios la segunda parte es que el tiempo es de Dios y Dios hace nuevos los tiempos.

  Esa noche tuve mi segunda gran caída, mi esposa después de hacerme un desplante me hizo sentir realmente miserable, como un limosnero de amor. Dios me enseñaría después a no mendigar el amor por que yo y todos sus hijos somos el amor mismo, pero en aquel instante salí totalmente descorazonado rumbo a mi casa e iba como un demente, tenía la firme intención de chocar con alguien y no para matarme sino para tener un pretexto y descargar toda mi rabia golpeando al primero que me dijera algo. Pero, ¡Dios y sus planes! Seguro estoy que Él era quien conducía porque siempre en el último instante giraba el volante así, sin ver espejos ni nada y no tuve ningún accidente. Iba entonces llorando de coraje, de impotencia, de cólera, de desesperación. Gritando, maldiciendo, golpeando el volante que hasta me lastimé la muñeca.

  Yo como todos ustedes también, sentí en mi propia alma que se partía por la mitad, y es un dolor que va más allá de cualquier descripción, solo quienes lo hemos sentido sabemos de qué se trata. Y mis hermanos, me dio miedo verme a mí mismo de esa forma por vez primera en mi vida, porque realmente conocí el dolor ese día. En esas, el Espíritu de Dios me dijo que no era buena idea llegar en ese estado a casa con mis hijos, que no podía permitir que así me vieran. Dios me lleva a la parroquia que está a una cuadra del kínder de mi hijo, eran como las 10 de la noche y apagué el coche justo frente a la puerta. “No me iré de aquí hasta que tú me des una respuesta.” Está escrito ” No tentarás al Señor tu Dios”, la respuesta me llegó justo en ese mismo instante de la llamada de mi padre, que al preguntarme cómo iba todo no pude contenerme contándole todo, el dolor, lo que sentía, el coraje, y el comenzó a orar por mí junto a mi madre al teléfono mientras yo en silencio seguía con un ¿Por qué a mi Dios mío? ¿Si no soy asesino, ni irresponsable, ni borracho, ni mujeriego? ¿Por qué a mí? ¡Y justamente ahora que estoy en el momento más alto de mi vida y de mi carrera! ¡Ya no quiero ni me interesa nada! Y entonces mi padre dijo las palabras mágicas “Dios te ama y quiere lo mejor para ti. Espera en Cristo, espera en el Señor y ponlo todo en sus manos. No te preocupes de nada”. Fue como si Dios mismo bajara y me dijera “¿Querías una respuesta? Pues ahí está, ¿Que decides?”, y yo le dije “Si señor”, aunque no tenía idea de en lo que me metía, solo le dije sí. Y de ahí siguieron las respuestas, una tras otra cada día a partir de entonces.

  Yo llegué a la página de Jesús Salva mi Familia solamente por la Misericordia del Señor, buscando en Google, pero esa ocasión la palabra no era juegos, series o xxx, la búsqueda era por “Dios rescata a mi familia” o algo parecido, y fu el primer resultado de la búsqueda; JSMF Restauración del hogar de las manos de… ¿Leí bien? Pensé. Yo no podía creer lo que leía, créanme que si no lloré en ese momento fue porque hallé el grupo en la oficina, los pasos para la restauración, los testimonios, todo lo que hay en la página era una respuesta directa y contundente de Dios para mí, Dios no pudo ser claro en ese momento, a menos que hubiera bajado personalmente y me dijera ¿Quieres algo más? Y no solo eso, me regaló mi evangelización en el SINE, mis retiros, el Taller de Oración y Vida del Padre Larrañaga. Y me regaló esta lista de correo, y sobre todo a todos ustedes hermanos y hermanas, una nueva familia para mí.

  La primera vez que escribí al grupo fue el 24 de diciembre de 2010. Dios en mí hizo realidad la escritura de consolar con el consuelo que de Dios recibes, pues como se los he dicho a muchos, lo que les escribo no es mío, es de Dios, yo solo pongo mis manos al teclado y El me usa como instrumento, pues a mí mismo me ha ayudado a releer lo que les envío cuando también caigo. Y el hacer físicas a las personas virtuales que estamos aquí, el conocer que hay más personas que no nos vamos a rendir, que no vamos a dejar que el demonio se lleve las almas de nuestra otra mitad, que se llora y se sufre, pero que al final siempre se gana, el aprender que todos caemos, que todos somos humanos, que nadie está solo, no hay supermanes o spidermans de la restauración, somos solo hombres y mujeres, que caemos todos y ahí estamos juntos para levantarnos, para orar e interceder, para lo que se necesite, en donde todos convergemos en dos ideas: amamos a Dios y esperamos a que El obre esta restauración cuando en su Voluntad esté.

  Y mi conversión: ¡Dios, no hay nadie tan magnánimo y generoso como tú! Que por eso me aferro tanto a ti mi Dios, me ha costado muchas lágrimas poder poner mi corazón en el tuyo y aprender a escucharte, cambiar ese monstro que era por la persona en que tú me convertiste. Tú me perdonaste Padre, y me has enseñado en Jesús a cómo perdonarme a mí mismo y a mi esposa a la otra persona, y me has sanado y liberado de ese peso. ¡Bendito eres Espíritu Santo pues esto solo viene de ti! Y todo esto no es algo que se consiga como un trofeo hermanos míos, es algo que se debe luchar por obtener día con día, hora por hora, pues la conversión es un estado de permanente intento por hacer la Voluntad de Dios en contra de las tentaciones del enemigo. La gracia de Dios fluye solamente cuando las ataduras del resentimiento, el odio y el rencor han sido cortadas por el perdón, hermanos: eso es algo que cuesta también entenderlo.

  Reflexionaba: Todos los que llegamos aquí, llegamos partidos por la mitad tratando de buscar en Dios consuelo y alivio, y obviamente pidiéndole o a veces exigiendo que se restaure nuestro matrimonio. Mientras caminamos con El, a veces felices, a veces renuentes, vamos poco a poco dándonos cuenta que la restauración de nuestro matrimonio no es la razón principal de nuestro caminar, es solo una de todas las que el Señor nos comienza a revelar.

  Durante mayor o menor tiempo yo seguía aferrándome a la idea de salvar nuestra relación de esposos a toda costa y como muchos hice toda clase de locuras humanas e incluso con Dios, detalles, flores, invitaciones a cenar que despreciaba mi esposa, incluso la loca idea de comprarle un coche a crédito.(Gracias Dios porque no me dejaste hacerlo), no sirve eso, y también rezar 4 novenas diarias, no importa que no entiendas de que hablas, porque me dijeron que esta sí que es buena y a tal santo si le rezo ya luego se me cumple el milagrito.

  Me pasó también como a ustedes vemos pasar el tiempo y pareciera que no ocurre nada, y es entonces cuando le reclamamos a Dios, ¿por qué si tú me llamaste no me escuchas? ¿pues no que es bien fácil para ti todo, ¿que no hay imposible? ¿Que no miras lo malo/a que es mi esposo/a? Pero la gracia de Dios y su Misericordia son siempre más grandes que nuestra miseria y egoísmo y el Señor nos instruye poco a poco a ver bajo la luz de su Espíritu que esto se trata de que me llamó porque me ama con amor infinito y que quiere lo mejor para mí, que el pecado me alejó de El y puso un muro, y ese mismo pecado es lo que se sembró en mi matrimonio mucho tiempo atrás y que hoy cosecho el fruto de mi pecado, pero que El con ese amor infinito dio su vida en la Cruz para salvarme a mí y a mi esposa de todo pecado cometido y por cometer, incluso los que nos llevaron a esta separación, y que solo tengo que recibir de El perdón y caminar en sus pasos y esperar y confiar, pero tengo que aceptarlo y quererlo, esforzarme por hacer y aceptar su Voluntad no importa lo que esta implique en el momento inmediato, sabemos que estas tribulaciones son solamente temporales y tienen un fin mayor que es dar gloria a Dios con nuestras vidas y el darse gloria a si mismo cumpliendo todas sus promesas.

  Dios me sigue llevando por este camino, y no mintió en nada, es difícil, estrecho, lleno de abrojos y espinas, cuando caigo me raspo, a veces sale sangre y duele mucho, lloras, gritas, reclamas, te cansas. Y después te levantas, es Dios mismo quien te levanta, y sigues caminando, con ánimo, con fuerza, con esperanza, con alegría y Dios me ha enseñado a no temer más y el miedo fue echado afuera por su amor. La desesperación El la reemplazó por confianza, la duda y la angustia la remplazó la fe, el desánimo de no ver nada la paciencia. ¡Y me falta mucho aún por aprender y caminar! me siento apenas como un niño de uno o dos años que apenas aprende a dar sus primeros pasos, pero ya siente la confianza que si se cae ¡ahí está papá!, que si necesito recorrer una distancia mayor, ¡papá me agarrará de las manos y estará al pendiente para que no caiga, y que si me canso el me tomará en brazos y me llevará! ¡Es una verdadera alegría y gozo saber que Jesús vive en mi corazón y yo en el suyo, que me ama y lo amo!, que El es mi felicidad y esa sonrisa que a la gente se le hace extraña ver por la calle, y que a mi esposa le desespera pero Bendito sea Dios comienza a aceptar por lo menos.

  Las tablas de la ley, esos famosos 10 mandamientos que dieron origen incluso a películas, todos son plenificados pues ya no vivimos por la ley sino por fe, por fe andamos, por fe le creemos a Él, no a lo que nos dicen nuestros amados pródigos, porque creemos que Cristo padeció y murió en la cruz y resucitó al tercer día, por eso hermanos es por lo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
  Y Todos los mandamientos se resumen en uno, y yo diría que todo el Evangelio también, AMOR. Amo a Dios, y sé que tengo que esforzarme por amarlo más cada día y mejor. Dios me ama, solo debo estar atento. Es el amor de Dios el que siento por ustedes, por mí mismo, por mis hermanos, por mis hijos, por mi esposa, por la tercera persona, porque si se puede amar y perdonar al enemigo, sino como dijo Jesús ¿qué mérito tengo? Lo que me dijo el sacerdote en mi primer día es verdad, y hoy todo lo hago por ese amor. Ahora lo único que espero es saber hacer la Voluntad de Dios y no apartarme nunca de Él.

   Por eso sigo caminando y le pido a diario que sea cual sea su Voluntad me dé la capacidad de hacerla, pues he comprendido que no se mueve la hoja del árbol si no es por su Voluntad, entonces ¿para qué resistirse? y aunque de repente los ataques del enemigo llegan, sé que nada me separará de mi Jesús, y las cosas solo podrían mejorar para mí y para mi familia, pues aunque yo las vea peores, siempre irán mejor mientras la Voluntad de Dios se cumpla. Pues finalmente, entendí que: “Todo lo demás se dará por añadidura” Y no importa cuánto tiempo pase, porque sabemos por la fe que el obrará y no dejará inconclusa su obra que comenzó en nuestras vidas aún antes de nuestra concepción, cuando ya tenía en su mente ese plan de amor para mí y mi esposa, para ti y tu esposo, para nuestros hijos, para las terceras personas por que a todos nos ama Dios de forma única, personal, irrepetible, nos conoce mejor de lo que nosotros mismos y nos ama más de lo que ningún hombre o mujer en la tierra podría hacerlo.

  En eso creo hermanos: El, Dios, también ama más a mi esposa o a tu esposo, mucho más de lo que nosotros pudiéramos hacerlo nunca, aún si ofreciésemos nuestra vida misma por amor, nunca podremos imitar el amor de Dios por sus hijos, pero aceptando a Jesús, abriéndole las puertas de nuestro corazón para que el entre e instale su trono en nosotros y gobierne cada área de nuestras vidas, entonces nuestro propio amor se purifica y deja de ser egoísta, y se convierte en una extensión del propio amor de Dios.

   Entonces el dolor se transforma en redención, el coraje en compasión, la ira en bendición, el deseo en sometimiento, el reclamo en oración, los celos en misericordia, nuestra vida y ser entero son transformados por Jesús, pues como dice Pablo: “ Ya no somos nosotros, es Cristo en nosotros quien Es, y Él nos vuelve a ungir con el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Dios que recibimos en nuestro bautismo que se vuelve a despertar en nuestros corazones, y comienza a mostrar sus frutos. Esas ganas de levantarte temprano y lo primero que haces es bendecir al Señor y darle alabanza y gracias por otro día más de vida, otro día de pie que no me pesa, sino que antes bien suma bendiciones y agregará oraciones que se acumulan para la gloria del Señor. Esa alabanza constante por las pequeñas y grandes cosas, las buenas y las difíciles para mí, pues no hay cosa mala ya en mi vida si todo me viene de Dios. Esa esperanza, el permitirme entregarle a mi esposa y dejarla en sus manos, y yo dedicarme a otra cosa, esa paz que me da, esos detalles pequeños y grandes todos los días, pues ¡Quien no podría terminar amando a alguien que de esa forma te enamora! Sé que siempre escribo largo, y agradezco tanto a todos ustedes que tienen tanta paciencia conmigo. Y me gustaría decirles muchas cosas más, pero solo les digo sobre todo a los que comienzan ESTA PRUEBA ES TEMPORAL, ESE DOLOR PASARÁ Y VOLVERAS POR CRISTO A SONREIR.

  Ya por último, solo quiero agradecer, a Dios: Primero que nada por fijarse en este polvo, por perdonar mis pecados, por morir por mí en la cruz y resucitar para que yo tenga vida, por esa paciencia infinita que tuvo conmigo y seguir insistiendo, porque como siempre les digo, El no se rinde aunque yo si me he llegado a rendir, el no desiste y deja de creer en mí aunque a veces yo dudé de El, a Él que me sacó del fango, no sé qué hubiera sido de mi vida si no se le hubiera ocurrido tan grata idea, y le pido siempre que no se le ocurra jamás dejarme que me separe de El nuevamente, a rastras, empujándome a la fuerza o como sea, pero que yo no salga nunca de su presencia y de su amor.

  Padre, gracias porque me enseñaste a llamarte así, y a con orgullo llamarme a mí “tu hijo”. Jesús, gracias por regalarme el honor vivir en mí y conmigo, de que Tú eres la vid y yo soy el sarmiento, ¡vamos mi Señor pues a dar fruto juntos! Espíritu Santo, Tú que eres el motor y el combustible de mi vida, gracias por tanto aprendizaje y en tan poco tiempo en verdad. Mamá María, nada de esto hubiera sido posible si no hubieras estado tu detrás de mí tantas veces levantándome y enseñándome a callar, a aceptar la Voluntad del Señor, a amarlo y sin recibir tu afecto y ternura, ¿que me esperaría Madre?.

  Agradezco También tantas personas que han estado conmigo, primero a mis padres, a mis hijos que son la más hermosa bendición que tengo, a mi esposa que aunque más bien forzada por la gracia de Dios que ha querido que sigamos juntos aunque como esposos separados. A todos los integrantes de JSMF, especialmente a todos esos hermanos anónimos en el grupo que nunca escriben pero que están al pendiente de todos nosotros en oración, ¡mil gracias! También doy gracias a mis sacerdotes, el padre Rodrigo, el padre Jaime, el padre Víctor, el padre Miguel quien fue el primero que me recibió todo roto, el padre German, el padre Raúl y el padre Erik con su acento extranjeros y su hermosa prédica, a mis hermanos de la parroquia del Espíritu Santo y los de la Medalla Milagrosa, y a tantas personas que también han estado conmigo y que por mi mala memoria olvido, perdónenme y gracias. Y la postdata, hermanos, de una cosa sí que estoy seguro, esto que hoy les escribo es apenas la mitad del testimonio de la restauración de mi matrimonio, de mi familia. Es el primer episodio de esta historia y el final feliz: “es que Dios ha hecho la primera parte, Dios conmigo o mi relación personal con El. No se pierdan el siguiente capítulo que muy seguro estoy que no ocurrirá mucho tiempo para que pueda contárselos, cuando Dios cumpla su promesa también en mi esposa y en nuestro matrimonio.

  Aquí solo una pequeña parte de la promesa: “Porque Él no es hombre que miente ni hijo de hombre que se arrepiente, pues ¿que no han oído que dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirán en una sola carne? por eso les digo que lo que Dios unió no lo separará el hombre; por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo no me complazco con la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Conviértanse, conviértanse de su mala conducta. Por eso espérenme oráculo de Yahveh el día que me levante como testigo porque he decidido reunir a las naciones, congregar a los reinos para derramar sobre ustedes mi enojo y todo el ardor de mi cólera. Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos, para que invoquen todo el nombre de Yahveh y le sirvan bajo un mismo yugo. “No sé cuando ni cómo, pero sé que lo harás”
Gracias padre, Jesús y Espíritu Santo, gracias mamá María. Gracias hermanos. Ánimo, Dios nos bendice a todos, no se rindan, no se rindan por nada. Eduardo A.
¡O Gesù Verità Eterna, nostra vita! invoco e mendico la tua misericordia per ipoveri peccatori.¡O Cuore dolcissimo del mio Signore! Pieno de compassione e di insondabile misericordia, t’imploro per i poveri peccatori.